
Deividas Busma se ha convertido con su fichaje en el quinto jugador en la historia del Melilla Baloncesto cuya altura alcanza los 7 pies de altura. El primero fue Dani Rovira en 1993 cuando el equipo militaba en la Primera División.
Si hablamos de baloncesto a la gran mayoría de personas les viene a la cabeza la idea de persona alta. Más concretamente en el mundo de la canasta lo primero en lo que uno piensa cuando dicen la palabra altura es en el pívot, normalmente el jugador más alto del equipo.
Tradicionalmente los equipos buscan un hombre alto, ese center que domine la pintura y sea la piedra angular del equipo. Todos los entrenadores quieren jugadores altos (o muy altos) y con muchos kilos que domine la zona. Aunque en la actualidad es más común encontrar en una pista de baloncesto jugadores que sobrepasen los 2 metros de altura, no lo es tanto ver jugadores que alcancen lo que los anglosajones llaman los 7 pies, es decir, pívots que superen o igualen los 2.12 metros de altura.
Hasta la fecha, 315 jugadores han vestido la camiseta azulona del Melilla Baloncesto de los que solamente 4 jugadores han alcanzado o superado esos 7 pies de altura. Esta temporada Melilla Baloncesto volverá a contar con un gigante en la pintura gracias al fichaje de Deividas Busma. El lituano será el quinto jugador en la historia del club que supere los 212 centímetros de altura y se une a los Rovira, Starosta, Foote y Nacho Romero.
Dani Rovira (2.12 m - 7')

El de Palamós fue el primer jugador de estas características en llegar a Melilla y lo hizo en la temporada 1993/94, cuando el club militaba en Primera División. Formado en las categorías inferiores del FC Barcelona, llegó a debutar en la ACB con el conjunto catalán, jugó durante dos temporadas en el conjunto de la ciudad autónoma. A pesar de su gran altura y envergadura, su falta de corpulencia unido al estilo de juego del equipo que entrenaba Jaume Ventura hicieron que el gerundense no destacase en su paso por el club.
Ondrej Starosta (2.15 m - 7'1")

Nacido en Praga, sus 215 centímetros (7’1”) le convierten en el jugador más alto que ha pasado por el Melilla Baloncesto. Fichó muy joven por el Real Madrid y probó con los Cavaliers de la NBA. Tras desarrollar su carrera en Francia, llegó a España de la mano del CAI Zaragoza. En la temporada 2009/10 fichaba por el conjunto melillense y ser convirtió en uno de los bastiones en la consecución de la tercera Copa Príncipe del club. Su primera vuelta fue increíble, con dobles figuras en la gran mayoría de partidos. En la segunda fase de la temporada los problemas físicos le hicieron bajar algo su rendimiento aunque acabo la temporada siendo uno de los más destacados.
Jeff Foote (2.13 m - 7')

De Melilla a la NBA, así podría titularse el paso de Jeff Foote por el club. Este neoyorkino de 2.13 metros (7’) fue una de las figuras de la modesta Universidad de Cornell que dio la sorpresa en 2009 al entrar en el Sweet 16. En 2010 llegaba a Melilla cedido por el Macabbi Tel-Aviv con el sobrenombre del nuevo Sabonis, y es que Foote tenía entre sus cualidades una gran visión de pase a pesar de su altura y gran facilidad taponadora. Su rendimiento en la ciudad autónoma tuvo luces y sombre y nunca llegó a cumplir con las expectativas que se pusieron en él. Tras salir de Melilla recaló en la liga de desarrollo de la NBA, donde tras destacar en los Springflied Armour, firmó un contrato de 10 días con los New Orleans Hornets, con los que disputó 4 partidos.
Nacho Romero (2.14 m - 7')

Es seguramente uno de los jugadores más conocido del Melilla Baloncesto. Vistió su camiseta durante nueve temporadas y es el jugador que más partidos ha disputado, lo que le ha valido para ser el único jugador cuyo dorsal ha sido retirado por el club. Sin duda Romero es uno de los jugadores que más han dejado huella en su paso por Melilla. Sus 2.14 metros (7’) de altura harían pensar en él como un pívot dominador en la pintura pero el juego del cordobés, y por el que se hizo famosos internacionalmente, fue el del lanzamiento de tres puntos, y es que Romero a pesar de su altura poseía una agilidad y muñeca propia de un alero. Un tipo de juego innovador y que le llevo a ser internacional absoluto con la selección española y ganar la medalla de plata en el Europeo disputado en Paris.
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